Mareo de origen cervical: ¿se puede tratar con fisioterapia?
El mareo es uno de los síntomas que más inquietud genera tanto en los pacientes como en los profesionales de la salud. Puede estar asociado a causas muy diversas: problemas del oído interno, alteraciones visuales, trastornos neurológicos o incluso disfunciones musculoesqueléticas. Uno de los tipos de mareo menos conocidos —y por ello, frecuentemente infradiagnosticado— es el mareo de origen cervical, también denominado síndrome cervicogénico de desequilibrio. Este trastorno, que afecta especialmente a personas con alteraciones en la columna cervical, puede tener un importante impacto en la calidad de vida, pero afortunadamente es tratable.
En este artículo te explico qué es el mareo cervical, cómo diferenciarlo de otros tipos de mareo y de qué manera la fisioterapia puede ayudarte a recuperar tu bienestar.
¿Qué es el mareo de origen cervical?
El mareo cervical es un trastorno que se origina en las estructuras del cuello, como las articulaciones, la musculatura, los ligamentos y los receptores propioceptivos cervicales. Cuando estas estructuras se ven alteradas por lesiones, tensiones o degeneración, la información que envían al sistema nervioso central se vuelve inconsistente o incorrecta. Como resultado, el cerebro recibe señales discordantes que afectan la percepción del equilibrio y la orientación espacial.
Entre las causas más comunes de este tipo de mareo encontramos:
Artrosis cervical o degeneración de los discos intervertebrales.
Lesiones postraumáticas como el latigazo cervical tras accidentes de tráfico.
Contracturas musculares persistentes.
Hernias discales cervicales.
Alteraciones posturales mantenidas (por ejemplo, en personas que pasan muchas horas frente al ordenador).
El síntoma predominante suele ser una sensación de inestabilidad o desequilibrio, más que un vértigo rotatorio típico. Muchas personas describen la sensación como estar “flotando”, tener la cabeza embotada o sentir que "el suelo se mueve". Es característico que estos síntomas se agraven con ciertos movimientos del cuello o tras mantener posturas estáticas prolongadas.
¿Cómo diferenciarlo de otros tipos de mareo?
Uno de los mayores retos para el clínico es diferenciar el mareo cervical de otras causas de mareo. No existe una prueba diagnóstica única que lo confirme, por lo que se basa en la historia clínica, la exploración física y la exclusión de otras patologías.
El mareo cervical se suele distinguir de otros mareos por ciertas características clave:
Relación con el cuello: el mareo aparece o empeora con los movimientos cervicales o tras mantener posturas de cuello forzadas. También puede asociarse a dolor o rigidez cervical.
Ausencia de síntomas auditivos: a diferencia de algunos trastornos vestibulares periféricos como el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) o la enfermedad de Ménière, el mareo cervical no suele acompañarse de síntomas auditivos como acúfenos (zumbidos), pérdida de audición o sensación de plenitud en el oído.
Duración y evolución: el mareo cervical suele ser más persistente y fluctuar a lo largo del día, en contraste con el vértigo episódico característico de otros trastornos vestibulares.
Asociación con cefaleas: en muchos casos, el mareo cervical se acompaña de dolores de cabeza, especialmente en la región occipital.
Exploración neurológica normal: a diferencia de los mareos de origen central (causados por lesiones cerebrales), la exploración neurológica en el mareo cervical suele ser normal.
Dado que los síntomas pueden solaparse con los de otros trastornos, es fundamental realizar un diagnóstico diferencial adecuado. Para ello, puede ser necesaria la colaboración entre el médico, el fisioterapeuta y, en ocasiones, el otorrinolaringólogo o el neurólogo.
¿Puede la fisioterapia ayudar?
La respuesta es un rotundo sí. La fisioterapia es una de las intervenciones más eficaces para el manejo del mareo cervical, ya que actúa directamente sobre las estructuras disfuncionales del cuello y contribuye a restablecer un correcto control sensoriomotor.
El tratamiento fisioterápico debe ser individualizado y puede incluir:
Terapia manual: técnicas de movilización articular y de tejidos blandos para mejorar la movilidad cervical, reducir la rigidez y aliviar el dolor. Al restaurar la mecánica cervical normal, se reduce la alteración de la información propioceptiva que llega al sistema nervioso central.
Ejercicios de control motor: reentrenar el control fino de la musculatura profunda cervical es clave para mejorar la estabilidad y la percepción postural. Los ejercicios de reentrenamiento propioceptivo del cuello ayudan a restablecer un patrón motor más eficiente.
Reeducación del equilibrio: ejercicios específicos que trabajan la integración de la información visual, vestibular y propioceptiva, con el fin de mejorar la estabilidad postural y reducir la sensación de desequilibrio.
Educación postural: enseñar al paciente a mantener una postura cervical adecuada y a modificar hábitos que puedan perpetuar el problema (por ejemplo, ergonomía en el trabajo).
Los estudios muestran que un enfoque multimodal que combine estas técnicas es el más efectivo. Además, la fisioterapia ayuda a romper el círculo vicioso de dolor, rigidez y alteración sensorial que mantiene los síntomas en el tiempo.
Conclusión
El mareo de origen cervical es un trastorno frecuente y potencialmente incapacitante, pero a menudo infravalorado. Reconocerlo y diferenciarlo de otras causas de mareo es el primer paso para un tratamiento eficaz. La fisioterapia, con su enfoque integral sobre la función cervical y el sistema de control del equilibrio, constituye una herramienta terapéutica de gran valor para estos pacientes.
Si sufres de mareos y sospechas que pueden estar relacionados con tu cuello, consulta con tu fisioterapeuta o médico de confianza. Un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento bien diseñado pueden marcar la diferencia.
Enlaces de interés:
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07/06/2025